La mayor parte de los niños con SA se incorporan a la escolaridad ordinaria. Aunque se haya presentado algún problema en su conducta o haya habido cierta preocupación por su inmadurez social, con frecuencia comienzan Educación Primaria sin un diagnóstico específico.
- Muchos de los niños con SA muestran motivación por la relación social pero les falta empatía. Carecen de competencia para la reciprocidad social, para hacer amigos y mantenerlos, aunque pueden manifestar un interés obsesivo en un niño, o en un limitado grupo de niños, manteniendo interacciones superficiales con ellos. Sólo saben jugar con otros niños imponiendo sus propias reglas. No se identifican con su grupo social. Con los adultos se relacionan mejor.
- En el ámbito del lenguaje y la comunicación, continúa el buen desarrollo de los aspectos formales del lenguaje, con fluidez y precisión en su uso, pudiendo aparecer ya a estas edades un vocabulario extenso y sofisticado. Son muy manifiestas la literalidad y las dificultades pragmáticas, con un estilo unilateral, egocéntrico, sin tener en cuenta al interlocutor y, con frecuencia, la locuacidad al hablar de temas relacionados con su interés.
- Pueden manifestar pequeños problemas de comportamiento tales como comentarios inadecuados y a destiempo, hiperactividad, rigidez en la interpretación de las reglas….
- Por lo que se refiere a las habilidades académicas, destacan los problemas de atención, organización y planificación, falta de comprensión de conceptos abstractos, dificultades en la generalización, déficit en comprensión lectora, dificultades en escritura, dibujo y educación física (consecuencia esto último de su torpeza motora característica)… Sin embargo la lectura mecánica, la ortografía y, con frecuencia, el cálculo suelen ser buenos. Su punto fuerte en memoria mecánica les permite una gran acumulación de datos sobre temas de su interés. Muchos niños con SA pueden ir muy bien en los primeros grados escolares donde el énfasis se pone en el aprendizaje y práctica de habilidades mecánicas básicas. Mayor dificultad puede presentarse, sin embargo, ya en los últimos años de la educación primaria, a medida que el énfasis se pone en la aplicación y abstracción de habilidades y conocimiento.
La evolución del niño a lo largo de la escuela primaria es muy distinta de un niño a otro. Las dificultades pueden ser de distinto grado, dependiendo de factores tales como el nivel de inteligencia del niño, su temperamento, la educación recibida, y la presencia o ausencia de problemas asociados (hiperactividad, problemas de atención, ansiedad, problemas de aprendizaje, etc.).
En esta etapa educativa siguen siendo necesarios los apoyos especializados, tanto a la familia como al niño, tanto de educación especial, como de audición y lenguaje, para intervenir fundamentalmente en relación al desarrollo de habilidades sociales y comunicativas, de planificación y organización, así como de comprensión de instrucciones y reglas. Cuando hay problemas asociados, el apoyo debe orientarse también a la superación de los mismos.