Una queja muy habitual de los padres a la hora de conseguir educar a sus hijos, es ponerse de acuerdo en las normas y rutinas diarias. Cada uno proviene de una familia diferente y a la hora de unificar criterios para la suya propia, carecen de tiempo para la reflexión a la hora de unificar los criterios más importantes y el por qué.
Los hijos enseguida descubren estas diferencias, y las aprovechan acudiendo al que más les conviene en cada momento.