Buenas noches
- Cuando no puedes conciliar el sueño, te das cuenta de que sigues pensando, en aquello que hoy no fue bien, en las cosas que te parecen difíciles, o lo que te asusta. La fábrica de los pensamientos funciona sin cesar.
- Estás muy despierto.
- Para ayudarte a dormir, quiero pedirte que te tumbes cómodamente en tu cama.
- Échate de manera que te sientas cómodo. De espaldas, o de lado. O tumbado boca abajo. O igual que un gato que se despereza y después se echa perezosamente como ahora estás tú.
- Los músculos sueltos y relajados. Los ojos cerrados.
- Y ahora que estás así tumbado, quiero pedirte que tranquilamente prestes atención a todos esos pensamientos que pasan por tu cabeza. ¿De qué van realmente?
- Observa tus pensamientos por un momento. Como si estuvieras mirando una película subtitulada.
- Una y otra vez: frases y palabras; planes.
- A veces puedes verlos en tu cabeza.
- A veces tus pensamientos son muy divertidos y te hacen reír. A veces son traviesos.
- A veces están enojados y tienen un tono airado.
- Y a veces tus pensamientos están muy preocupados.
- Cuando estás tranquilo, puedes oír tus pensamientos.
- Puedes escuchar sobre qué tratan.
- No tienes que hacer todo lo que te dicen, ni porque creértelos.
- Tampoco lo saben todo. Simplemente son pensamientos.
- Y al estar más tranquilo, puedes darte cuenta de lo rápido que aparecen de la nada. Permanecen por un momento, y sin más, desaparecen otra vez. Siguen yendo y viniendo. No cesan nunca. Hasta que decides no escucharlos más, y poco a poco, trasladas tu atención de tus pensamientos, a tu vientre.
- En tu vientre no hay pensamientos.
- Tómate el tiempo necesario para ir de tu cabeza a tu vientre.
- En el interior de tu vientre hay calma.
- Si quieres puedes poner tus manos suavemente, sobre tu vientre.
- Completamente concentrado en el contacto de tus manos en tu vientre.
- Allí, muy lejos de tu cabeza, cerca de tu vientre, allí sientes el suave vaivén de tu respiración. Tu vientre sube un poco y baja un poco.
- Y otra vez, sube un poco y baja un poco. Siente… el suave movimiento de tu vientre. El suave movimiento de tu respiración.
- No necesitas hacer nada. En tu vientre no hay pensamientos.
- Presta atención a tu vientre. El vientre sube un poco, baja un poco, por sí mismo.
- En el interior de tu vientre, se está bien. Hay una agradable tranquilidad.
- Allí no llegan las preocupaciones.
- En el interior de tu vientre hay paz.
- Allí no llega esa pelea.
- En el interior de tu vientre está la respiración.
- Calma profunda. Déjate llevar por esta calma. Acéptala.
- Date permiso, para dormir plácidamente.
- Completamente cansado, te entregas a la calma del suave vaivén de tu respiración.
- Respiración y calma.
- Y a partir de esa calma, puedes dormirte.
- Entrégate. .. a la calma.
- Que duermas bien…Buenas noches
>> Eline Snel