Antes de tomar una decisión le dirás a tu hijo: ”Lo hablo con tu padre (o madre) y luego te digo“.
Así, entre los dos, y sin que tu hijo esté delante, podéis decidir qué hacer y luego habláis con él.
Tu hijo entenderá que ya no podrá acudir al que más le convenga y que existe un criterio común entre sus padres.