“Mi problema es que soy vago; ya lo dice mi tutor y mis padres; que soy muy inteligente pero muy vago. En realidad , si yo quisiera, sacaría sobresalientes, pero no los saco porque esto que me hacen estudiar, es una tontería y a mí no me sirve para nada.“
Aunque los superdotados mantengan con el tiempo el afán por aprender y realizar múltiples actividades o temas, así como una motivación polifacética, necesitan un ajuste emocional que les clarifique cuáles son sus posibilidades y los haga ser selectivos en sus intereses.Lo que podía haber hecho en un desarrollo lineal lo ha conseguido a base de dar vueltas y sufrir estrés y fracaso académico repetidas veces.
El superdotado es una persona como otra cualquiera, pero con una serie de características o peculiaridades que le hacen ser un poco “especial”.
- La hipersensibilidad es una de esas características que tiene desde que era un niñ@ y que lo convierte en un ser muy perceptivo de su entorno más cercano, lo cual le hace dar más importancia a las cosas, a veces ,de la que tienen y ser susceptibles con las personas; también le hace disfrutar intensamente de las cosas buenas de la vida y sufrir en exceso las malas, de forma que, a veces, puede ver el mundo de manera dicotómica o polar, prescindiendo de los matices intermedios de la gama de los grises.
- Si tiene buena autoestima, sabrá encajar con humor las críticas pero, si su autoestima no es buena o sufre altibajos, tendrá una baja tolerancia hacia las críticas (incluso siendo éstas constructivas) y hacia la frustración, convirtiéndose en personas muy impacientes y de gratificaciones a corto plazo.
- Otra característica es el perfeccionismo, beneficioso cuando es moderado y se encuentra bien canalizado (puede representar una forma de mejora continua) y muy perjudicial llevado a los extremos: las ansias de perfección pueden hacer a un adulto superdotado muy autoexigente y exigente con los demás y convertirlo en un ser ansioso por no conseguir lo que para él/ella es la “perfección”, lo cual puede llegarle a crear una insatisfacción constante, que se traduce en miedo al ridículo, a no caer bien a todo el mundo, a cometer errores, al qué dirán, minando su autoestima y autoconcepto.
- Por último, existe un sentimiento de “diferencia” y de “extrañeza” en su forma de ser, ya que pueden ser demasiado vehementes a causa de su intensidad emocional (en la expresión de sus sentimientos, a veces, en los extremos; en sus fuertes expresiones afectivas, sintiéndose confusas si sus pensamientos no son tomados en serio e intentando enmascarar sus sentimientos) y esto les puede provocar problemas de comunicación a nivel de relaciones sociales, lo cual los puede llegar a hacer infelices.
Los superdotados (excepto aquéllos que son líderes) suelen tener algún problema de habilidades sociales ya que, debido a su particular patrón de personalidad respecto a la autoestima, son más propensos a sentirse poco adaptados o integrados socialmente, aumentando los riesgos de no ser comprendidos por sus compañeros y por los adultos, sintiéndose desplazados al experimentar el sentimiento de ser diferentes.
Existen una serie de factores de riesgo que influyen en la sociabilidad de los superdotados; entre otros, están:
- Su exceso de crítica y análisis de situaciones: los profesores pueden sentirse amenazados ante esta actitud y sus compañeros desaprobarla
- Respuestas enérgicas, intentando dominar a los otros más que comprenderlos, lo cual suele provocar reacciones de hostilidad y rechazo por parte de los demás.
- Su individualidad y búsqueda de libertad, lo cual puede provocarles soledad y aislamiento.
En general, si el superdotad@ adulto ha conseguido, a lo largo de su historia evolutiva, un desarrollo armónico entre su inteligencia y sus emociones, la problemática desaparece y puede llegar a ser una persona con éxito tanto en sus producciones como en sus emociones, consiguiendo ser feliz.